La circulación segura es cuestión de todos: no se trata sólo de ir de un lado al otro con libertad y sin ocasionar daños, sino de contribuir a que entre todos los usuarios de la vía las carreteras sean un espacio de respeto en el que circular sea una actividad que entrañe el mínimo nivel de peligro posible.
Por eso, la DGT pone de relevancia la importancia de practicar lo que desde Tráfico denominan “conducción preventiva”, una tendencia que se ha demostrado muy efectiva a la hora de reducir los niveles de siniestralidad en las carreteras, pero no sólo eso, sino también muy útil a la hora de reducir los niveles de estrés y tensión de los conductores que practican éste tipo de conducción.
¿Qué es la conducción preventiva y cuáles son las 3 claves que te permitirán practicarla y mejorar tus niveles de seguridad y tranquilidad al volante? Este tipo de conducción hace referencia, básicamente, a la anticipación y la observación, dos valores básicos a la hora de circular con la máxima seguridad. Éstas son sus claves:
Mirada lejana
Puede parecer una contradicción mirar lo más lejos posible cuando estamos circulando, pero la realidad es que tener en cuenta el tráfico que tenemos delante de nosotros a cierta distancia nos otorga una capacidad de anticipación muy considerable, que nos permite tener más tiempo para reaccionar o tomar decisiones. Así, podremos cambiar de carril o realizar un adelantamiento de manera mucho más segura y limpia.
Espejos retrovisores
Los retrovisores son nuestros mayores aliados cuando se trata de conocer lo que está sucediendo detrás de nosotros. De esta manera, circular con una mirada casi constante en los retrovisores es clave para saber qué está pasando y cómo se está circulando detrás de nuestro vehículo.
Regula correctamente los espejos, tanto los exteriores como el interior, de manera que cubran la mayor superficie posible. Revisa también que éstos no estén dañados o defectuosos, ya que además supone una falta que te puede impedir superar la ITV cuando te toque.
Ángulos muertos
Es cierto que cada vez es más habitual encontrar vehículos que incluyen una ayuda en forma de avisador de ángulo muerto, pero esto no es óbice para ignorar una correcta regulación de los retrovisores exteriores que nos permita eliminar en la medida de lo posible los temidos ángulos muertos a la hora de realizar ciertas maniobras.