Viene de Sudáfrica y su objetivo es servir de vehículo para las fuerzas del orden. El SVI Max 3 -aunque de primeras no lo parezca- no es otra cosa que un Toyota Land Cruiser 79 a prueba de balas.
Sobre la base del popular todoterreno japonés SVI ha construido un auténtico bunker con el que los antidisturbios puedan hacer frente a cualquier tipo de amenaza, además de mantener una importantecapacidad off road por si hay que perseguir ‘a los malos’ incluso por zonas más complicadas.
El SVI Max 3 tiene una coraza de acero blindado (con un aspecto querecuerda a los Caminantes de Star Wars) a prueba de varios tipos de munición. Su nivel de protección balística es el B6, lo que le hace inmune a proyectiles procedentes rifles de asalto tipo AK47 o R1, e incluso ofrece una opción para subir a protección B7, lo que le defendería incluso de rifles con perforador de blindaje o bombas.
Para asumir el importante peso extra de la armadura, el SVI Max 3 ha modificado los neumáticos y las llantas, las suspensiones y el chasis. Además, también puede convertirse en arma de ataque si sus misiones pasasen a tener carácter militar ya que está preparado para acoplar ametralladoras o mortero.
El propulsor es un 4.5 V8 turbodiésel de 205 caballos de potencia y 430 Nm de par que le permitiría alcanzar los 140 km/h. Al usar un motor convecional de Land Cruiser (sus orígenes, eso sí, están más visibles en el interior), los costes de mantenimiento son menores y el acceso a repuestos es más sencillo.El vehículo, que no tiene un coste tan elevado como los blindados convencionales (de hecho, este Max 3 es la opción de ‘entrada’ a la gama militarizada de SVI Engineering y cuesta 87.000 euros más impuestos), se puede adaptar a versiones de cabina simple o doble y también como vehículo militar para hasta ocho ocupantes (que podría incluso ser transportado en aviones Hércules C130).
Fuente de informacion:
https://www.marca.com/coches-y-motos/coches/4×4/2020/11/19/5fb64e61e2704e81bf8b45e3.html